Una de las cimas de la poesía áurea, san Juan de la Cruz nació en el pueblo de Fontiveros con el nombre de Juan de Yepes, hijo de tejedores de telas. Perdió a su padre cuando era niño y se crio pobremente en Medina del Campo, asistiendo gratis a una escuela religiosa a cambio de pequeños trabajos como servir de monaguillo en misa o enfermero en un hospital. A los veintiún años ingresó a la Orden de los Carmelitas, adoptando el nombre de Juan de Santo Matía. Estudió en la Universidad de Salamanca, en donde cursó lógica, metafísica, ética, entre otras materias. Sin embargo, su vocación era más bien contemplativa y, finalmente, mística. Su encuentro con santa Teresa de Jesús, que lo sumó a su proyecto de reforma del Carmelo, fue decisivo. En 1568, al inaugurarse el primer convento de carmelitas descalzos, adoptó un nuevo y definitivo nombre: Juan de la Cruz. Resultado de los feroces conflictos entre calzados y descalzos, san Juan fue encarcelado en 1577 y allí, en una estrecha prisión, comenzó a componer de memoria el “Cántico espiritual”. Escapó de la cárcel en medio de la noche al año siguiente y se refugió en un convento. En esa época empezó a redactar su propio comentario alegórico al “Cántico”, pero no es necesario tomarlo al pie de la letra, pues como él mismo advirtió: “los dichos de amor es mejor declararlos en su anchura para que cada uno de ellos se aproveche según su modo y caudal de espíritu, que abreviarlos a un sentido a que no se acomode todo paladar”. Siguió desempeñando cargos en la orden hasta que nuevos enfrentamientos derivaron en su cese y la decisión fulminante de exiliarlo a la Nueva España. El exilio no tuvo lugar y san Juan murió en Úbeda, en 1591, antes de cumplir los cincuenta años.
Precioso y preciso el post, como tantos otros de tus escritos. Estimado Pablo, me llamo Alvaro de la Rica y soy profesor de literatura y escritor. He tratado de buscar su email pero no lo he conseguido. Quisiera escribirle acerca de un proyecto. ¿Puede usted facilitarme una dirección postal o de email, por favor? Cordialmente, Álvaro.